sábado, 14 de junio de 2014

LA VIDA EN LA TIERRA DESPUES DE LA MUERTE


Marcos de Moreno, antes de recibir su trasplante de corazón, estuvo 10 meses con un corazón artificial. Lejos de los milagros, los médicos del Hospital Garrahan sorprendieron con lo que se volvió su mejor obra de arte. 

Marcos estuvo 10 meses esperando un corazón “de verdad”, pero lejos de hacer penosa su espera, los médicos del Garrahan crearon un corazón artificial llamado “sistema de asistencia ventricular” y lograron así que el paciente pudiera vivir fuera del hospital. Se lo colocaron dentro del tórax y Marcos ya estaba listo para salir a pelear.

Los diez meses tuvieron sus altas y bajas. Sus momentos alegres y otros tantos tristes. Pero por sobre todas las cosas, esos meses para Marcos y su familia duraron más que treinta días. Hasta que, antes de cometer el pecado de comerse una hamburguesa (alimentación poco adecuada para su corazón artificial), un llamado anuncia la llegada del donante.

Ahora bien, siempre que se producen estos casos las ideas que comienzan a habitar en el inconsciente colectivo son: la de la vida después de la muerte y el avance de la tecnología. He aquí dos pilares fundamentales de la donación de órganos. Cabe reflexionar lo difícil que debe ser, para la persona que se encuentra duelando decidir donar los órganos de ese alguien.

Es por eso que le brindaremos un fuerte abrazo y aplauso a todos aquellos que a pesar del dolor luchan por la vida. A aquellos que deciden no ser egoístas y pensar con lucidez en momentos de caos. A aquellos que, buscan conocer a los portadores de una partecita de aquel que se fue. Desde estas humildes palabras, un cálido y fuerte abrazo para todos ellos.

También, es menester reconocer esas manos científicas que intervienen en el rito que implica un trasplante. Esos hombres de blanco que lejos de parecer seres del cielo, hacen hasta lo imposible porque sus pacientes logren seguir en la tierra. Esos médicos comprometidos que sufren y apoyan a sus pacientes; que los ayudan a transitar y a soportar.

En este punto es imposible no recordar a Rene Favaloro. Símbolo de la vocación por la medicina; Favoloro se corporiza en este corazón artificial de Marcos. Su alma habita en esos pasillos de hospitales que lloran a solas cuando la ausencia del Estado sigue siendo la protagonista.

La corrupción y la falta de respuestas fueron quienes apuntaron directo al pecho de Rene Favaloro, llevándoselo físicamente lejos. Pero cuando suceden casos como el de Marcos, su imagen vuelve, su ausencia se hace presencia. Ese cuerpo médico sigue la lucha que él emprendió contra ese Estado, pero a su vez, siguen creando como a él le gustaría, innovaciones que sean útiles para todos.


Al suceder estos actos maravillosos que unen la vida con la ciencia, el famoso “By Pass” vuelve a la escena como un grito desesperado. Con actos de esta índole es que se reavivan las ganas de creer en que otro país es posible. Aun falta mucho por recorrer y seguirán existiendo piedras en el camino, pero que Marcos pueda vivir es sinónimo de esperanza. Reformulando el tema que Attaque 77 le dedico a René Favoloro podríamos decir que “los buenos no mueren”.


Para cualquier informacion sobre la donacion de organos entrar: http://www.incucai.gov.ar/
Donar organos, salva vidas.

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