sábado, 14 de junio de 2014

QUISIERON PERO NO PUDIERON




“(…) No hay militar argentino que haya tenido el coraje de las madres.
-
Esa es una apreciación política suya que no viene al caso. ¿Por qué lo dice?
- Por la práctica de cada uno. Mientras ustedes tiraban personas indefensas desde los aviones, ellas salían en las condiciones más adversas a reclamar justicia. Eso es mucho más valiente.” Horacio Verbitsky, El vuelo. 

Hasta el 2003, nada quiso hacerse frente a los hechos aberrantes que sucedieron durante 1976 y 1983. Hasta el 2003 solo sobrevolaron las palabras: indulto, Obediencia Debida, Punto Final y por sobre todas las cosas, reino la palabra injusticia en el discurso y en la práctica. Hasta el 2003 abuelas y madres fueron ignoradas y en el peor de los casos aun tratadas como locas. Pero en el 2003 el aire de cambio comenzó a correr.

Luego de la fuerte crisis que culmino con un 2001 plagado de sangre, protesta, desilusión  y hambre, siguió una semana con 5 presidentes que ejercieron su mandato en tiempo record. Llegado el 2003 y con todo el panorama negro, asumió Nestor Kirchnner. Un hombre alto, flaco, con rasgos llamativos y forma de hablar particular. La sociedad argentina seguía desconfiada, descreída pero de a poco las cosas fueron pasado de oscuro a claro, sobre todo en materia de los derechos humanos.

Aun hoy resuenan las palabras de Néstor en aquel discurso en la ESMA donde pidió perdón a toda la sociedad por lo ocurrido durante la dictadura militar, algo tan sencillo pero tan complejo como esa palabra. Palabra que estuvo ausente hasta ese día. Palabra que solo había estado como sinónimo de unos de los actos más injustos, como lo fueron los indultos en la época menemista. Palabra que en ese discurso se logró resignificar.

A partir de la asunción de Nestor Kirchnner en 2003, la primer conquista fue la recuperación de la Escuela Mecánica de la Armada, que fue uno de los centros clandestinos de detención por donde circularon más cantidad de secuestrados y desaparecidos del país. Se recuperó y con ello comenzó una nueva etapa para todo lo referido a los derechos humanos y a los delitos cometidos durante esa época tan nefasta en nuestro país.

La ESMA pasó a ser un espacio para la reflexión, un lugar que pretende mantener viva e intacta la memoria. Su recuperación fue el primer paso que marco el camino para que todos los argentinos nos sumemos a esa ronda de pañuelos en Plaza de Mayo; para que no estén más solas esas abuelas y madres que luchan desde que les robaron a sus hijos y nietos; para que no queden impunes, ni en el olvido todos los hechos aberrantes que empaparon de sangre y calvario las calles de todo el país.

Durante los años subsiguientes se debatió fuertemente sobre que debería pasar con la ESMA, como debería ser su funcionamiento, si debería modificarse o no, si deberían colocarse o no centros culturares. Hubo distintas opiniones mismo desde los organismos de derechos humanos sobre alterar en cierto punto el espacio, colocando talleres culturales y se encontraron algunos en contra y otros a favor.

Pero en el 2008 con un discurso de Hebe que sostuvo “ahora habrá vida donde antes hubo muerte”, se inauguró la Ex ESMA como un centro para la memoria, como un espacio para que todos los argentinos nos acerquemos, nos informemos y por sobre todas las cosas no olvidemos. La único que muere es lo que se olvida y todo lo sucedido durante 1976 encontró su refugio en una coyuntura que le abrió los brazos y tomo la posta de todos aquellos que ayer fueron silenciados mediante la desaparición.

Con el correr de los años la ESMA se fue acondicionando cada vez más para recibir a toda persona que se interesara por ir a visitarla. Se dejó todo tal cual lo habían entregado los militares, pero se agregaron carteles que indicaban brevemente que había sucedido y otros narraban testimonios de los sobrevivientes.  A su vez se creó el Archivo Nacional para la memoria y el Instituto Espacio para la Memoria. De a poco así como dijo Hebe, donde hubo muerte, empezó a haber vida.

En este último 24 de Marzo se cumplieron diez años de haber recuperado la ESMA y ya no es un lugar que solo representa la época más macabra para todos los argentinos, ahora es un lugar donde se puede reflexionar, donde se puede aprender y por sobre todas las cosas donde se puede recordar. En la ESMA hoy existe una sede de Abuelas y otra de Madres donde se brindan actividades culturales de diversos tipos, desde murgas, hasta talleres de pintura. Una vez más, donde ayer hubo muerte, hoy hay vida. 

Y con todo este breve recorrido histórico, lo importante y lo que se destaca es que a pesar del dolor, del sufrimiento, de la vidas truncadas y asesinadas de esos jóvenes que solo querían un país mejor, hoy se puede decir con total seguridad que no pudieron. Hoy se puede decir que quisieron arrebatarnos la alegría, que nos quisieron robar lo mejor, pero poco a poco lo estamos recuperando.  

Con esas marchas de los 24 de Marzo que desde hace unos años están cargadas de jóvenes, como aquellos que fueron fusilados; de ciudadanos del ayer y de hoy que toman la posta de aquellos que murieron en el intento. Con esas plazas repletas que abraza fuertemente a las madres y a las abuelas, que las apoya, las reconoce y las aplaude. Con esa ESMA donde hoy se puede desde aprender distintas disciplinas artísticas hasta recorrer los lugares del horror y debatir sobre eso.  Porque hoy donde hubo silencio hay voces; voces que pueden opinar sin miedo, que pueden debatir y aportar para un país mejor. Porque hoy todo lo sucedido desde el 2003 deja entrever que aunque quisieron no pudieron, ni van a poder.

LA VIDA EN LA TIERRA DESPUES DE LA MUERTE


Marcos de Moreno, antes de recibir su trasplante de corazón, estuvo 10 meses con un corazón artificial. Lejos de los milagros, los médicos del Hospital Garrahan sorprendieron con lo que se volvió su mejor obra de arte. 

Marcos estuvo 10 meses esperando un corazón “de verdad”, pero lejos de hacer penosa su espera, los médicos del Garrahan crearon un corazón artificial llamado “sistema de asistencia ventricular” y lograron así que el paciente pudiera vivir fuera del hospital. Se lo colocaron dentro del tórax y Marcos ya estaba listo para salir a pelear.

Los diez meses tuvieron sus altas y bajas. Sus momentos alegres y otros tantos tristes. Pero por sobre todas las cosas, esos meses para Marcos y su familia duraron más que treinta días. Hasta que, antes de cometer el pecado de comerse una hamburguesa (alimentación poco adecuada para su corazón artificial), un llamado anuncia la llegada del donante.

Ahora bien, siempre que se producen estos casos las ideas que comienzan a habitar en el inconsciente colectivo son: la de la vida después de la muerte y el avance de la tecnología. He aquí dos pilares fundamentales de la donación de órganos. Cabe reflexionar lo difícil que debe ser, para la persona que se encuentra duelando decidir donar los órganos de ese alguien.

Es por eso que le brindaremos un fuerte abrazo y aplauso a todos aquellos que a pesar del dolor luchan por la vida. A aquellos que deciden no ser egoístas y pensar con lucidez en momentos de caos. A aquellos que, buscan conocer a los portadores de una partecita de aquel que se fue. Desde estas humildes palabras, un cálido y fuerte abrazo para todos ellos.

También, es menester reconocer esas manos científicas que intervienen en el rito que implica un trasplante. Esos hombres de blanco que lejos de parecer seres del cielo, hacen hasta lo imposible porque sus pacientes logren seguir en la tierra. Esos médicos comprometidos que sufren y apoyan a sus pacientes; que los ayudan a transitar y a soportar.

En este punto es imposible no recordar a Rene Favaloro. Símbolo de la vocación por la medicina; Favoloro se corporiza en este corazón artificial de Marcos. Su alma habita en esos pasillos de hospitales que lloran a solas cuando la ausencia del Estado sigue siendo la protagonista.

La corrupción y la falta de respuestas fueron quienes apuntaron directo al pecho de Rene Favaloro, llevándoselo físicamente lejos. Pero cuando suceden casos como el de Marcos, su imagen vuelve, su ausencia se hace presencia. Ese cuerpo médico sigue la lucha que él emprendió contra ese Estado, pero a su vez, siguen creando como a él le gustaría, innovaciones que sean útiles para todos.


Al suceder estos actos maravillosos que unen la vida con la ciencia, el famoso “By Pass” vuelve a la escena como un grito desesperado. Con actos de esta índole es que se reavivan las ganas de creer en que otro país es posible. Aun falta mucho por recorrer y seguirán existiendo piedras en el camino, pero que Marcos pueda vivir es sinónimo de esperanza. Reformulando el tema que Attaque 77 le dedico a René Favoloro podríamos decir que “los buenos no mueren”.


Para cualquier informacion sobre la donacion de organos entrar: http://www.incucai.gov.ar/
Donar organos, salva vidas.

ENTRE EL EXTERMINIO Y EL PATRIOTISMO




Las Malvinas fueron y serán Argentinas. Todos los 2 de Abril los ciudadanos recuerdan y homenajean a sus caídos. Todos los 2 de Abril los argentinos se muestran orgullosos de sus héroes. 
Pero cabe preguntarse ¿Cómo se vivió en aquella época?

Hoy se puede hablar libremente de Malvinas. Hoy los ciudadanos pueden homenajear a sus caídos. Hoy Malvinas no es mala palabra, es mejor dicho, palabra santa. Pero es fundamental entender que paso en el momento en que la guerra sucedió. En principio cabe recordar que el contexto político seguía siendo dictatorial.

Bajo el mando de Galtieri la sociedad Argentina presenciaba, sin saberlo, la agonía del régimen más cruento de su historia. Tras seis años, comenzaron a notarse y a sentirse cada vez más fuerte los errores que la dictadura arrastraba. El proceso de desindustrialización, organismos de derechos humanos cada vez más presentes, conformaron un escenario inestable.

Fue así, que la cúpula militar encontró en la guerra la posibilidad de reivindicarse. La sociedad argentina, en ese entonces, creyó en el discurso y se unió en pos de lo que luego sería un exterminio. Es decir, los ciudadanos avivaron y festejaron el absurdo. Cabe remarcar el papel protagónico que tuvieron los medios de comunicación en dicha etapa.

Iniciada la guerra, desde los medios muchas propagandas pregonaban por la victoria. Aseguraban con total certeza que “íbamos ganando”. Cabe pensar, que quizás, frente a todo el horror que venía sucediendo, los argentinos encontraron un halo de luz. Los argentinos, tal vez vieron en esa falsa victoria, una ilusión, una alegría.

Tantos años después y con la bandera de Malvinas levantada, es difícil pensar que paso por la cabeza de esos argentinos que apoyaron semejante genocidio. ¿Cómo podía ser que aquellos que estaban siendo abatidos por el terrorismo de Estado, estaban avivando lo que resulto ni más ni menos, que la continuidad del horror?

Pero, antes de cualquier juzgamiento, es importante tener presente las contradicciones que vivía ese ciudadano. Desde el primer momento en que no eran libres, sino que por el contrario, eran presos del Estado, todo es posible. El argentino de aquella época era vulnerable, estaba atrapado y la única salida era la muerte.

Ante un escenario como el descrito, no es tan ilógico pensar que las plazas se hayan llenado en dos oportunidades tan antagónicas: la huelga de la CGT del 30 de Marzo y la declaración de la guerra el 2 de Abril. “Del éxtasis a la agonía oscila nuestra historia” dirá la Bersuit Vergarabat tiempo después en la Argentinidad al palo.

Lo importante es que aquellos brazos que ayer avivaron la guerra, hoy puedan abrazar a sus caídos. Lo esencial es que la sociedad argentina haya entendido que la guerra fue un absurdo. Hoy el ciudadano es libre y que lindo es saber que en su libertad haya elegido “malvinalizarse”.
Ayer y hoy, las Malvinas fueron y serán ARGENTINAS.