A partir de la
enemistad entre el gobierno y el grupo Clarín, el velo se corrió y los medios
comenzaron a ser cuestionados, desde su labor hasta su credibilidad. Pero cabe
preguntarse ¿qué paso antes de dicho estallido?
En principio, es importante remarcar que los medios de
comunicación no son desde el 2003 empresas periodísticas, lo eran desde mucho antes.
Durante la época menemista, los medios no escaparon a la ola de privatización y
dejaron de ser del Estado para pasar a ser privados. Dicho hecho marco un antes
y un después en la historia mediática.
Con influencia de capitales extranjeros y estando en manos
privadas, la titularidad de muchos medios pasaron a pocas manos. La primera
medida del gobierno de Menem fue la modificación a través de decretos
presidenciales de la ley de Radiodifusión N°22.285, heredada del gobierno de
facto de Jorge Videla.
Pero lo más importante llego con el blanqueo de la propiedad
de emisoras radiales, donde aquella persona o empresa que hasta el momento
tenía la posibilidad de poseer 4 licencias, elevo su límite a 24. Fue así que
desde el momento de la privatización, acompañada por leyes que flexibilizaron
el acceso a poseer más y más, los medios comenzaron a concentrarse en manos de
pocos.
Desde aquel “¿Qué te pasa Clarín, estas nervioso?” y el
conflicto con el campo, la amistad que unía al medio con el gobierno se rompió.
Con esto se corrió el velo y comenzó a hacerse más conocido el mapa, ahora
famoso, que expresa todas las empresas que conforman al “Grupo Clarín”, pero es
importante recordar que dichos entramados de negocios, arrancaron con la época
menemista.
Ahora bien, el poderío del Grupo puede dividirse en dos
categorías: económica y simbólica. La primera categoría implica los millones y
millones de dólares que facturan casi por segundo. La segunda, y no por eso la
menos importante, engloba el efecto que tiene en la opinión pública que muchos
medios tengan el mismo dueño.
El poder es eso, no solo tener los recursos económicos, si
no calar hondo en la mentalidad del receptor. Por eso, cuando existen distintas
emisoras de radio, programas de televisión y diarios, pero que tienen la misma
línea editorial, el poder se manifiesta en todo su esplendor. Lejos quedo el
concepto de: pluralidad de voces, con todo lo que ello implica.
Igualmente, en la actualidad, si bien el poder del Grupo no
disminuyo, logro quedar en evidencia y estar más presente en la mente de aquel
receptor que antes lo ignoraba. Por eso, el estallido y la crisis de credibilidad
son sufridos por los trabajadores y los dueños de los medios de comunicación, pero
para la sociedad representan un escape a la monarquía mediática.
Volviendo a la duda que titula dicho análisis, podríamos afirmar
que el Grupo no solo es dueño de un centenar de empresas y medios, si no que
también logro romper con el dicho, porque Clarín logra ser día a día la
representación de que el que mucho abarca, puede apretar y mucho.
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